Precioso, quiero que digas al acabar de oírlo. Pero no lo harás. No hoy. Así que tu sonido me enamora. Que me meces en mis noches de insomnio, e incluso me acompañas imaginativamente. Ojalá no. Ojalá no fuera así. Ojalá te pudiera dar la mano cuando me encontrara mal. Y me dices y me dejas de decir cosas bonitas. Y abandonas la escritura en un punto perfecto. Que no existe porque continúa. Que son tus ojos. Y paro.
No dirás precioso. No lo harás. Pero yo sí: preciosos tus ojos. Plural. Como nosotros, vaya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario