lunes, 26 de mayo de 2014

Flotar

A veces quiero flotar.
Sí.
Flotar.
Evadirme de alguna forma de tierra firme. Sin éxito. Quiero saber salir de las teclas de un piano. De Jazz. Es vida. Como cuando cante en Nueva York. Tengo un sueño, sí. Ya no lo conformo como algo tangible. Dejo que flote, como lo haría yo.
Ay, si pudiera...
Si pudiera, yo... Haría de todo. No literalmente: figuradamente. Volaría en el agua y nadaría en el aire, recurso utilizado. Y me metería de vez en cuando en la campana dorada de un saxo. Y allí lo besaría por dentro. Y lo intentaría tocar desde dentro, sin éxito buscado. Interprétalo como quieras, tú o quien sea. Perdiendo automatismo en la escritura y recobrando escritura de nuevo. Lo quiero. Vélo como quieras. Repito, quien sea, singular o plural 2º persona, ellos, él, ella, ellas o yo si lo hago desde mi ''tú'' futuro.
Jo, sé libre. Libre de nuevo. Porque el guardián entre el centeno es el libro en el que más ''joes'' he hallado.
Vaya.
Saltarla con ''ll'' y superarlo todo. Hasta ese punto accidental que aquí no se ve pero en la hoja original está al principio del rabito de la ''y''. Y digo aquí no se ve pero aquí no es la pantalla del ordenador que imagino, sino la misma hoja.
Mente en blanco y no. Y de nuevo recuerdo de lo presente ya.
Hoy he discutido. He discutido conmigo misma. Lo hice ayer. No le busques sentido aunque parezca / parece, levemente tenerlo.

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